La Turba

No puedo pensar en respirar sin sentir esa presión en el pecho que se siente cuando te falta el aire. La existencia de la respiración trae consigo la falta de la misma, y lo odio. Odio que no pueda tomar una bocanada de aire cuando más lo necesito. Odio que mi mundo se cierre. Odio sentir la necesidad de respirar, y simplemente no ser capaz de ello.

Siento el pánico crecer, y a pesar de que racionalmente sé que no debería ser complicado seguir, lo es. Es complicado dar ese paso, tomar aire y seguir. Es complicado. Pero me dicen que no lo es, que estoy exagerando, que me lo invento. Y lo odio. Odio que me lo repitan cada vez que no puedo ser lo suficientemente fuerte para seguir los pasos que quieren que dé.